Expresa las sensaciones experimentadas en el fluir de los
acontecimientos cotidianos de cualquier día apacible de verano, reflejado en
sus diferentes momentos significativos y ponderados por el autor, a través de
pinceladas y retazos ocasionales que afloran en el quehacer habitual y
rutinario.
Quiero agradecer con estas líneas a Luis A. Bravo, Isidro Ortega,
Oscar Bautista, Juan M. Alonso, Victoria Jiménez y Mercedes Pardo,
el ánimo, disposición y colaboración prestados, para que salga a la
luz este pequeño divertimento que expresa, a través de la música, las
vivencias de una jornada estival en la Ciudad de Trujillo (Cáceres), durante el
verano de 1995.