PREFACIO

   

Esta Obra para Piano es un homenaje a Sta. María de la Victoria, Patrona de la Ciudad de Trujillo (Cáceres), que tan fervorosamente la homenajeamos cada año, en especial, ese Sábado en el que toda la Ciudad se reúne en la Plaza Mayor para entonar el Himno-Salve a los acordes de la Banda Municipal.

Me gustaría glosar esta presentación con líricos y emotivos pasajes,      manifestando los sentimientos y emociones que uno experimenta en su interior cuando empiezan a sonar los primeros acordes y se inician las expresivas estrofas dedicadas a nuestra Madre y Protectora.

¡Qué añoranza y vacío se siente el año que no puedes acudir a tan singular y emotiva cita, en compañía de los demás trujillanos, para celebrar y festejar la onomástica de Nuestra Patrona!

Cuesta encontrar palabras precisas y adecuadas que puedan evocar los sentimientos tan profundos que nos hacen trascender a otros planos o moradas, como expresaba Santa Teresa, donde las miserias humanas no tienen cabida, y donde el ser humano, después del éxtasis que ello supone, le gustaría aposentar “su tienda”, como ocurrió en el Monte Tabor.

Después de pasear el pensamiento por los momentos más exultantes y entrañables de nuestro vehemente recorrido, nos detenemos en el paisaje costumbrista que recoge el salmo de acción de gracias a Sta. María de la Victoria, en el que quedamos admirados y absortos, contemplando el contenido de un cuadro de tinte realista que el pincel de algún pintor debería plasmar en un lienzo eterno, y poder exhibirlo al resto del mundo, para mostrar el homenaje y agradccimiento que los trujillanos realizamos cada año a nuestra Madre y Patrona.

Es difícil entrelazar palabra alguna o entonar las rimas oportunas cuando la emoción te embarga y forma un nudo que te oprime la garganta, a punto de aparecer esa expresiva lágrima que va a recorrer el canal de tus mejillas, que tantos recuerdos almacena y transporta en su corto pero intenso recorrido en la noche trujillana. A duras penas, puedes articular las sílabas que configuran el Himno-Salve, que en definitiva, es el hilo conductor y eje generador de los sentimientos de las gentes orgullosas y agradecidas con su Virgen protectora.

Inserto a continuación las estrofas de este Himno-Salve que aglutina a todos los trujillanos entorno a su Patrona, y que con los sentidos bien abiertos, puedes percibir los sones y acordes que las piedras y muros de las casas palaciegas, iglesias, conventos y demás asentamientos de la Ciudad acompañan a sus gentes en ese momento tan sublime, como lo hicieron a la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. 

El Autor

                   Himno-Salve

                        

        Salve, Salve, ¡oh Judit victoriosa!

honra y prez del blasón de Trujillo,

que en los muros del viejo castillo

resplandeces cual iris de paz.

 

Como flor en vergel solitario,

su corola dirige hacia el suelo.

Estuviste ¡oh Reina del Cielo!

relegada a un oscuro lugar.

 

Mas tus hijos por fin recordaron

el honor de tu gloria pasada,

y en la histórica y regia morada

te erigieron de nuevo un altar.